28.3.08

En busca de Camelot


Se piensa que el TOR de Glastonbury es la colina sobre la que en otro tiempo se asentó la famosa Camelot (el hillfort se ve muy bien desde arriba, con Google Earth).
Como se sabe son muchas las diferencias entre el Arturo medieval que ha pasado a la posteridad y el que se cree que pudo ser el rey que le sirvió de base histórica, gobernante de un pequeño reino parecido a los túatha irlandeses, habitando una construcción de madera y rodeado por una banda de guerreros fieles al modo de los fianna del ciclo feniano. Una figura no muy alejada del Coroticus que aparece en los escritos de San Patricio, saqueando las costas irlandesas o de Ingcél
Cáech, hijo de un rey de los britanos, que iba saqueando territorios vecinos en la propia Albión.

Ahora bien, pese a lo diferente, el ciclo de leyendas artúricas condensa un gran número de mitos que son herencia directa de sus antecesores celtas o que son similares en otras culturas indoeuropeas. Su concepción se produce en extrañas circunstancias y mediante el engaño y luego pasamos a su adopción y crianza desconociendo su orígen (¿quién no recuerda al muchacho de Merlín El encantador?). Pues bien, este hijo famoso, de ascendencia principesca, que acaba entre porqueros o campesinos para recuperar luego su justo lugar (se le reconoce por marca de nacimiento, revelación mágica, reacción de la espada en su mano, reacción de la puerta que se le abre...) se nos aparece innumerables veces en las historias irlandesas (Cormac Mac Airt), griegas (Zeus, Edipo, Hércules), romanas (Rómulo y Remos), vidas de santos (ya hablaba del caso de San Ailbe en el post de Santos guerreros) e incluso en reelaboraciones posteriores como las de Tolkien (Aragorn o Túrin, que pasan su infancia entre extraños, ocultando su origen) o Disney (La Bella Durmiente).
Además de este mito tan interesante, tenemos otros clásicos, como el triángulo de la traición de la esposa con el joven guerrero (Diarmuid y Gránnia, Deirdre y Naoise o Tristán e Isolda) y el viaje a las islas del más allá.


La actual Abadía de Glastonbury se asienta sobre construcciones muy anteriores. Se dice que podría ser el lugar donde está enterrado Arturo (vaya tontería, todos sabemos que sigue vivo en Avalón, esperando el momento de regresar) y también donde podría estar enterrado Palladius, primer obispo de los irlandeses (antes que San Patricio) y conocido como Senex Padrig (Patricio el Viejo) en los anales.

Aquí el castillo de Pembroke, en Gales (la región con mayor número de castillos por kilómetro cuadrado del mundo), que es como solemos imaginarnos Camelot. Abajo, cisnes retratados por Eladio, maestro de la luz y la composición :P


The Tudors y Rome

Dos series que recomiendo mucho por su altísima calidad de guión y recreación histórica. Muy bien dirigidas y con excelentes castings, se las recomiendo a todo el que guste de la buena televisión y tengas interés en la historia.
Después de dos temporadas llenas de premios, Roma dejó de rodarse (una gran pena). La primera temporada es sobre Julio César, desde que sale victorioso de las Galias y la segunda narra el ascenso de Octavio y el declive de Marco Antonio y Cleopatra. Lo bueno de esta serie es que no es documental sino que cuenta con personajes ficticios que dan toda la chicha dramática y que se entrecruzan con las tramas de los grandes personajes. Las dos season finales me parecieron magníficas. Aquí, Octavio utiliza a Cicerón para hacerse con el control del senado:




Y ahora los trailers de la season 2 de The Tudors, que empieza dentro de dos días, con Jonathan Rhys Meyers, excelente en el papel de Enrique VIII







26.3.08

Círculos de piedras

Después de Dorset nos dirigimos hacia Stonehenge y Avebury, que se encuentran en el suroeste de Inglaterra, camino de nuestro destino final: Gales.
Para el primero de los dos círculos, el más famoso, se utilizaron piedras de dos tipos: las que aparecen más grandes, que son autóctonas (acarreadas unos 20 km) y las pequeñas del círculo interior (Preseli Bluestone), traídas de Gales (unos 300 km.), aprovechando seguramente las vías fluviales. La temperatura de ambas es diferente: al poner la mano sobre las segundas, deberían estar más frías (pero nosotros hicimos la prueba y depende mucho de donde se proyecte el sol). Erigido por los neolíticos y dispuesto en forma de calendario, sigue permaneciendo como un paisaje misterioso que atrae a miles de turistas al día (doy fe). A pesar de la gente y de las expectativas, el monumento no decepciona: la fuerza del viento y de los elementos ayudan a dotarlo de un áura mística que es difícil encontrar en otros lugares.






Hacia el norte se encuentra Avebury, el círculo de piedras más extenso del mundo: un pueblo entero se encuentra construido en mitad del mismo. Al igual que en Stonehenge y otros lugares sagrados (como las colinas irlandesas: Tara, Emain Macha (Navan Fort), Cruachain, etc.), se encuentra protegido por zanja y resalto. Al contrario que en los monumentos defensivos (hillforts, fuertes, castillos), en los lugares sacros la zanja y resalto se construye a la inversa, es decir, de adentro hacia afuera. De esta manera, es a las fuerzas divinas del monumento a las que se mantiene en el interior, para que no salgan, mientras que el mundo exterior queda defendido. Esto se ve muy claramente en los extraños anillos que se aprecian alrededor de Tara en las vistas aéreas. Las defensas de tierra de estos lugares no son para que los invasores de fuera no entren, sino al revés, para lo que hay dentro no invada el mundo de los vivos...


25.3.08

Acantilados blancos

Los acantilados siempre resultan fascinantes, una frontera abrupta entre el cielo, la tierra y el mar. No pertenecen a uno ni a otro, sino que se trata de una zona magnética, contradictoria, vertiginosa: su belleza es irresistible pero su peligro te paraliza. Me encanta acostarme en la línea de los acantilados (Dún Aenghus, Usambara...), pero los acantilados blancos de Dover son de los más hermosos y particulares del mundo.


Son los que dan el nombre antiguo a la isla de Gran Bretaña (Alba o Albión). A menudo las tierras de los inmortales (concretados en islas misteriosas en occidente, en el caso de gran parte de la mitología Europea) se imaginan blancas. El blanco es, además, el color sobrenatural de los celtas. Podemos imaginar a muchas generaciones de hombres acercándose en sus barcos a esos imponentes muros, pensando que quizás habían llegado a las tierras imperecederas.












Este de arriba es un barco de la edad de bronce (1550 BC) utilizado para cruzar el mar y su réplica (segunda foto). Los amarres para unir las partes son de sauce y se empermeabilizaba con musgo y cera de abeja para que no entrara el agua.

17.3.08

Santos guerreros



Feliz San Patricius. Las ciudades se visten de verde, cada vez más, gracias a la euforia trebolera de Irlanda y USA. A la celebración de la muerte del santo se han apuntado esos pequeñas criaturas paganas (el leprechaun viene del dios Lug, el de los muchos talentos, entre los cuales debía encontrarse el de hacer zapatos) con barriga, barbita y grandes sombreros. También salen a la calle las mitras y los bastones de los disfraces de obispo y el omnipresente trébol, que aúna por igual a los no cristianos (lo mismo da una herradura) y a los creyentes (entre las leyendas del santo está que utilizaba el trébol para explicar la Trinidad).

Estética aparte, la fiesta de San Patricio debería ser, sobre todo para los cristianos, una celebración del propio cristianismo, pero es patrimonio de todos. Este es de los pocos santos con los que se puede identificar todo el mundo, pues sus méritos no residen en milagros ni en tratados de teología, sino en una historia real, humana, escrita de su puño y letra en irlandés del siglo V. Esta historia se conserva, a través de dos documentos (su Confessio y la Carta a los soldados de Coroticus), como uno de los pocos testimonios sobre la sociedad irlandesa de su época y como la única odisea en primera persona sobre un esclavo que sufrió abducción por parte de los piratas que cruzaban el mar irlandés en aquel tiempo.

Patricius, siendo noble, fue capturado en su adolescencia, esclavizado, puesto a cuidar de ovejas. Al cabo del tiempo, después de numerosos vuelcos del destino, se convertiría en obispo y marcharía a predicar a aquellos mismos que le habían maltratado (enfrentándose, con ello, cada día, a mil y una dificultades). Una historia épica donde las haya, reveladora de un gran espíritu de superación, de valentía y de una gran capacidad de perdón.
Patricius no llevaba espada, al igual que no debía llevar mitra ni bastón, sino más bien una gastada capa de viaje. Aunque su figura fue fruto de heroicización en las hagiografías medievales (duelo con los druidas de Tara incluido y expulsión de las serpientes), debía ser un tipo de a pie, por lo que parece bastante práctico y muy decidido.

El otro día estuve en Notre Dame y me detuve ante la escultura que tienen allí de Juana de Arco. La muchacha, con sus escasos 19 (la quemaron por bruja a esa edad) iba pertrechada con su coraza y su espada, que es como también se representa tradicionalmente a otros santos: San Jorge, San Miguel, Santiago... La heroicización de los santos es un fenómeno medieval habitual. Al pueblo hay que presentarle las cosas como las puede entender: un héroe debe ir vestido como tal. De esta idea, parten también muchos sucesos que se incluyen en las llamadas "vidas de santos" medievales. Habitualmente el santo nace en circunstancias poco habituales (hijo de rey y esclava, amantado por lobos como Rómulo en el caso de San Ailbe, por ejemplo, capaz de vencer a la serpiente en la cuna, como Hércules, etc.), le suceden todo tipo de circunstancias milagrosas e incluso lidera batallas, que acaba ganando "con la ayuda de Dios". A día de hoy nos resulta chocante que tantos santos vayan "vestidos para matar" cuando el cristianismo predica lo opuesto. En muchos casos, como el de Juana de Arco, simplemente se asimilan a la caterva de héroes nacionales de toda la vida, a hombres semi-leyenda: no hay mucha diferencia con el Cid Campeador, Roldán (el de la chanson, no el de Laos), Arturo, etc.

De San Patricio hay dos versiones: el heroicizado por Tírechán y Muirchú, que contaron su vida, en sus propios términos de "clásica vida de santo" en el s. VII y el San Patricio autobiográfico, del siglo V, humilde, humano e infinitamente más interesante.







Hablando de música, estuvimos también en un concierto nocturno de clásica en la Saint-Chapelle, a eso del anochecer, cuando una luz azulaba traspasaba todas las vidrieras, embrujando la capilla. Habría allí unos pocos puñados de personas. La Saint-Chapelle fue hecha para reyes y nobles y realmente uno se siente como un rey allí, disfrutando de algo tan hermoso y que en principio fue tan exclusivo. Es la maravilla del siglo XXI: la democratización de ciertas cosas sublimes, que antes sólo estaban reservadas a unos pocos. La mayoría de las veces, mientras escucho música, me parece alucinante poder disfrutar de ella como quiero y cuando quiero. Cuánto ha ganado la humanidad con los cassettes, el CD y el MP3! Antes, si tenías suerte y eras rey, quizás podías disfrutar de la interpretación del mejor músico local, durante una fiesta o un banquete. Ahora podemos disfrutar, no del mejor intérprete, no ya del país o del continente, sino del mundo entero. Es más, de todas las épocas de la humanidad: música del medievo, de los setenta o de anteayer. En nuestra casa, en el coche, camino de la compra! Bono canta para mí cada vez que se lo pido, por un coste irrisorio. A día de hoy todavía me parece alucinante.

14.3.08

Lunas, atalayas y oscuridad

Because I´m still in love with you
I want to see you dance again...

Harvest moon de Neil Young



De la película Philadelphia, también Neil Young:

City of brotherly love
Place I call home
don´t turn your back on me.
I don´t want to be alone.




Y ahora algo más cañero. U2 versionando a Dylan. De los mejores U2:

All along the watchtower
princes kept the view
while the horsemen came and win
and the barefoot servants too



Y el supremo Love is blindness, la canción más oscura sobre el amor. Una barbaridad de canción. Bono, rey-diablo, bailando simbólicamente con todo su entregado pueblo:

Love is blindness
I don´t want to see
won´t you wrap the night around me?

Take my heart... Blindness

10.3.08

El hombre de Arán

Muchos conocéis lo mucho que me gustaron las islas de Arán (o Islas del riñón, pues este es el significado de la palabra) y en especial Dún Aenghus, ese fuerte imposible que se abre al océano Atlántico. Pues bien, a lo largo de la carrera tuve la suerte de tropezarme con Flaherty y su Nanook y posteriormente con El hombre de Arán, que es un documental pionero, bastante fuerte, sobre lo duro de las condiciones de vida en esas islas, auténtica épica de supervivencia. Las condiciones climáticas en este lugar son inimaginables en invierno: el viento, las olas, el frío... Flaherty lo consideró como lo más impresionante después de los esquimales.
Hay un B&B llamado Man of Aran Cottage, que fue donde nos quedamos durante nuestra estancia (recomendado ir en junio y pillar bicicleta y por lo menos ir dos días, haciendo noche allí. Por la tarde, cuando se van los turistas, es como mejor se aprovecha), que está muy recomendado. Muy cerquita de Dún Aenghus y de la playa y te hacen un porridge auténtico que es denso como un ladrillo. Os dejo el clip que he encontrado, con la caza del tiburón:





Para saber más sobre cómo el americano Robert Flaherty filmó "El hombre de Arán" pincha aquí