Baby, light my way
Cultura celta e irlandesa. Cuentos, leyendas, arqueología, mitología, poesía y épica para iluminar el camino
3.7.13
Nueva película de Brian Boru a filmar en Irlanda en 2014
Estamos deseando ver esta nueva muestra de épica irlandesa.
Más información en inglés aquí
11.3.13
La historia completa de los cascos celtíberos
Fuente: El País Digital
3.3.13
Operación Helmet
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Subasta de cascos celtíberos
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10.3.10
¿Por qué Invictus es una obra de arte?
Hay quienes están convencidos de que el arte escapa a toda definición, de que no se puede analizar ni se pueden dar unas pautas de referencia que nos indiquen lo que es arte y lo que no.
Siempre he pensado que esto no es así y que lo artístico sí que encaja en las categorías de lo revelador y de lo clarividente, de una “videncia clara” de una realidad. Esta “visión” y esta toma de conciencia que tiene el artista debe ser plasmada en la forma en que se revela mejor a otros, en que se comunica de forma más clara y se muestra de forma más pura, sin añadidos que la lastren y sin mutilaciones que la reduzcan. En definitiva: hay un fondo, un mensaje, y hay una forma, una de tantas, que da en el clavo para representar ese mensaje y a la que no le sobra ni falta nada y tiene el ritmo adecuado.
Cuando es de una obra dramática de lo que hablamos (cine, literatura), hay unas balizas muy útiles que nos dan pistas sobre “de qué va todo esto”: título, comienzo, final, leit motiv, imágenes, metáforas, secuencias líricas, sueños… recursos que nos permiten asomarnos bajo la piel del texto y entrever ese fondo de manera más directa. Muchos de estos recursos no son necesarios, pero ayudan.
Si nos preguntamos de qué trata Invictus, la primera respuesta que podríamos dar es algo así como “es sobre la reunificación de Sudáfrica”, “es sobre la reunificación pacífica”, “es sobre el perdón y la no-revancha”, “es sobre la capacidad para empezar de nuevo” o “es sobre la capacidad del deporte para unir a las sociedades”. A pesar de que todas estas ideas forman parte del argumento y quedan transmitidas en el subtexto, flotando en nuestro subconsciente, creo que ninguna de ellas es el tema principal de Invictus.
El argumento sería algo así, en sinopsis: “Invictus cuenta la historia de cómo Nelson Mandela lidera la reunificación pacífica de Sudáfrica, valiéndose de una herramienta como el rugby”. Esto, efectivamente, es el envoltorio, el marco/escenario, la gran excusa-caja en donde escondemos nuestro tema. Para esta trama principal podemos encontrar tres grandes marcas:
- el principio, donde vemos dos campos completamente separados, el del equipo de rugby y el de los chavales negros jugando al fútbol, y de pronto pasa Mandela con el coche por en medio.
- el medio, donde Mandela pide al equipo de rugby que enseñe a jugar a los chavales negros del pueblo.
- el final, donde todos, blancos y negros, se unen para celebrar la victoria del equipo de rugby nacional.
El argumento de la reconciliación de ambos bandos también está muy bien tratado en esa observación que hace Clint Eastwood del grupo de guardaespaldas de Mandela, un microcosmos experimental que nos permite observar los grandes problemas de integración que sufre la sociedad sudafricana del momento, sólo que de una manera más cercana y comprensible. No podemos abarcar todos los grupos, las reacciones internacionales, los dilemas de embajadores y periodistas… No. Hay que fijarse en una porción pequeña del pastel y renunciar a todas las demás o será un rollo de película, un pseudo-documental, que a nadie le interesa. El escoger a un grupo tan cercano a la figura de Mandela, esa especie de “extraña familia” que sustituye a su verdadera familia y que le acompaña a todas partes, es un gran acierto, propio de un narrador excelente.
Pero entonces, si no es el de la reunificación pacífica, ¿cuál sería el tema secreto de Invictus? Dicen que los buenos temas se resumen en una sola palabra. Que una buena obra dramática no puede enfocarse hacia demasiadas cosas o se pierde. Hay que escoger una sola palabra y forma y fondo deben estar a su servicio. Creo que el título nos da esta vez la pista y que el tema de “Invictus” es la resistencia. Es este tema secreto, esta dimensión lírica más allá de lo evidente, lo que lleva la película un paso más allá y la hace artística, dejando atrás el mero entretenimiento narrativo o el comentario medio de “es interesante”, para dejar paso al de “peliculón”.
En este caso el título y el poema de “Invictus” indican con bastante claridad hacia esta dirección, pero también las imágenes, que son fundamentales. El poema viene a resumir que, incluso en la oscuridad más profundad, queda un poso de libertad, un yo irreductible, que es capaz de sobrevivir. La verdadera proeza del Mandela de la película no es que sale vivo de la cárcel, sino que su espíritu sale invicto, intacto, que logra salvar su identidad y sus principios y que, cuando sale, su yo sigue siendo tan fuerte que es capaz de separarse de la venganza y seguir el camino de la paz. Su espíritu no se ha ahogado, no ha claudicado ante lo miserable. Ha triunfado.
Las imágenes de la cárcel con el poema de fondo, el pasaje más lírico y profundo de toda la película, son una ilustración clara de este mensaje, pero también lo es la actitud del propio equipo de rugby y de su capitán, a cuya conexión con Mandela se hacen constantes referencias (la más clara es la carta que le entrega el segundo, con el poema escrito. A través de ella, le entrega también simbólicamente su fuerza y su inspiración).
La imagen cercana al final ante los All Blacks (el gran imbatible), con todo el equipo empujando desesperadamente, a cámara lenta, con el sonido distorsionado… esa imagen de esfuerzo mayúsculo, de total determinación, fuerza y resistencia, es la que plasma definitivamente esta idea en pantalla y la mantiene en la retina del espectador aún después de los títulos de crédito.
3.12.09
Muerte por Editors
Difícil explicar con palabras las emociones conjuradas por unos Editors en su plenitud durante la noche del sábado 7 de noviembre en el Forest National de Bruselas: un auténtico vórtice que se lo tragó todo.
Ver un pabellón lleno de flamencos que, por primera vez en su vida, sienten que no pueden estar sentados, todos gritando y bailando desatados, es algo que no he visto en dos años que llevo aquí, ni en festivales ni en ningún sitio. Se les esperaba con ganas pero dieron mucho más (Editors ha sido la primera banda en 15 años en colocar un single directamente en el número 1 en Bélgica, gracias a Papillon. A raíz de esto anunciaron un segundo concierto en la ciudad).
Tocaron todo lo que tenían y más. Han dado la vida. Se fueron a casa hechos un trapo. Ellos y todos los que estábamos allí, que en el delirio ya no sabíamos si reír o llorar o saltar o bailar o qué hacer. “One of the best concerts I´ve seen in years”, le digo a un flamenco a mi lado. El tío asiente emocionado y se pone la mano en el corazón “A lot of heart”. Y es que esa fue la clave de todo el concierto de Editors: una pasión y una honestidad impagables, que son muy raros de ver en esta época de conciertos seriados, de compromiso laboral, muchas veces repetitivos o vacíos de esa sensación de que estás viéndolos tú por primera vez, de que nunca han tocado antes y de que nunca volverán a hacerlo. De que ese momento es único y tú eres un privilegiado que ha nacido para verlo. Un Indiana Jones que se adentró en la selva y encontró una ciudad maya intacta o un Howard Carter abriendo el sello de la tumba de Tutankhamon.
“Para subir más alto habría que ser U2”, pensé entonces, pero, ciertamente, no puedo decir que el concierto de U2 me emocionara más que este. La sinceridad que vi el sábado es un regalo que no tiene precio y en ese sentido, sí que conservan una frescura, una médula, que a veces se ahoga un poco entre los andamios mastodónticos de los irlandeses.
El fin de fiesta fue fulminante, con un Papillon acompañado de una pirotecnia que no deja saber sj uno está ya en el cielo o en el infierno.
Sabía que había otro concierto al día siguiente, pero me dio miedo ir. Me da miedo ir a verles de nuevo porque sé que lo del sábado es muy difícil que se repita, no solo con Editors sino con cualquier otro grupo. ¿Será mi condena comparar todos los conciertos con éste a partir de ahora? Aún así, habrá merecido la pena haber vivido tanto y haber muerto un poquito con ellos. Muerte por música, la mejor. Salir del concierto completamente lleno y completamente vacío a la vez. Les deseo una larguísima carrera musical porque deseo vivir y morir con ellos todas las veces que me sea posible.
Si quieres más Editors: www.editorsofficial.com
“The back room” – Buen disco debut para una banda que buscaba concretar su sonido.
“And end has a start” – Para mí, su mejor disco. Un 10 de principio a fin, muy coherente y sólido.
“In this light and on this evening” – Disco más reciente. Algo más experimental e irregular, pero con grandes momentos.
5.10.09
Recomendaciones Dublín
En el mismo Dublín, hay un B&B que me gusta mucho. Está muy céntrico y aunque es un poco caro merece la pena. Se llama O'Neills http://www.oneillsdublin.com/
Lo del coche, depende del tiempo que queráis estar en el propio Dublín. Si no os vais al Oeste, quizás no os haga falta, pues las dos mejores excursiones que se pueden hacer desde Dublín (Glendalough y Newgrange) se pueden hacer con autobuses organizados (yo los recomiendo y he hecho los tours con ellos varias veces). Los pone en funcionamiento el propio servicio nacional de autobuses. Lo mejor es reservar con antelación porque están bastante solicitados: https://194.106.151.95/asp/TourList.asp#2
Para visitar, por las noches, claro, el Temple Bar. Tenéis un restaurante de comida típica irlandesa, bastante turístico y algo caro, pero sin embargo merece la pena y siempre se come bien (cosa muy difícil de decir en Dublín, especialmente con comida irlandesa, y esto es independiente de lo que pagues. Es decir, que el restaurante sea caro no te garantiza buena comida): http://www.boxtyhouse.ie/
Por el día tienes O'Connell St., Grafton, St. Stephen's Green, toda esa zona la puedes recorrer a pie. Todo está muy céntrico. Dublín tiene 3 catedrales protestantes, que yo creo que se pueden obviar. En Grafton St. os recomiendo un chocolate blanco en el Bewley's http://bewleys.com/grafton-street/
Luego tienes el National Museum (arqueológico. Mi favorito de la ciudad), la National Gallery (pinacoteca) o la National Library (gran exposición de Yeats permanente), pero todos ellos son pequeños museos y los consideraría sólo si os interesan ese tipo de visitas. También está el Trinity College, que no es gratis como los otros (al contrario, es bastante carillo), pero tiene el Libro de Kells, que es único y una muy bonita biblioteca que hará las delicias de los fans de Harry Potter. Recomendado.
Cerca de Dublín, en el Sur, hay una zona con mar que se llama Dún Laoghaire (dun-liri) y a Eladio y a mí nos encanta pasear por el puerto. Dicen que Howth también está bien para ver el mar (eso está al norte), pero para eso ya hay que desplazarse como una hora fuera de la ciudad. En Dún Laoghaire, para comer, hay un sitio excelente llamado Toscana: http://www.toscana.ie/