Una mañana brillante del mes de lothron, Túrin fue despertado por súbitas trompetas. Corrió hacia las puertas y vio, en el patio, a muchos hombres a pie o a caballo, todos completamente armados, como si fueran a partir a la guerra. Allí estaba también Húrin, que hablaba con los hombres y daba órdenes. Túrin se enteró de que ese día partían para Barad Eithel. Aquéllos eran guardias y hombres de la casa de Húrin, pero todos los hombres de sus tierras que no eran imprescindibles también habían sido convocados. Algunos habían partido ya con Huor, el hermano de su padre; y muchos otros se unirían al Señor de Dor-lómin en el camino para, agrupados bajo su estandarte, seguirlo hasta el gran acantonamiento del rey.
Entonces Morwen se despidió de Húrin sin derramar lágrimas, y dijo:
- Cuidaré de lo que me dejas en custodia, tanto de lo que es como de lo que será.
Húrin le respondió:
Luego levantó a Túrin sobre sus hombros, y gritó a sus hombres:
- ¡Que el heredero de la Casa de Hador vea la luz de vuestras espadas!
Entonces, todas las huestes de Angband embistieron. Con los muertos, levantaron un puente sobre el río, y arremetieron contra los supervivientes de Hithlum cubriéndolos como la marea va sumergiendo una roca. (...)
Cuando ya sólo Húrin permanecía en pie, arrojó el escudo, agarró el hacha de un capitán orco y la esgrimió con ambas manos; y se canta que el hacha humeaba de la sangre negra de la guardia de trolls de Gothmog, hasta que se marchitó, y cada vez que asestaba un golpe Húrin gritaba:
- ¡Aure entuluva! ¡Llegará de nuevo el día!
Setenta veces lanzó ese grito; pero al cabo lo atraparon, vivo, por orden de Morgoth, que tenía previsto hacerle así más daño que con la muerte. Por tanto, los Orcos se lanzaron contra Húrin sin armas, intentando aferrarlo con las manos, aunque él se las cortaba; pese a ello, el caudal de enemigos se renovaba sin cesar, hasta que cayó sepultado debajo de ellos. Entonces Gothmog lo encadenó y lo arrastró a Angband, burlándose de él.
Así terminó la Nirnaeth Arnoediad, cuando el sol se ocultó en el Mar. Cayó entonces la noche sobre Hithlum, y del oeste vino una gran tormenta de viento.
4 comentarios:
Glendalough me gustó mucho cuando estuve en Baile Átha Cliath, uséase Dublín, bonitas fotos y buena historia..
Glendalough es precioso, y va mucho más allá de sus edificaciones: los lagos, las montañas, el aire...
Por cierto, bonita canción, no la conocía!
Saludos.
¡Utulie´n aure! ¡Aiya Eldalië ar Atanatarni, utulie´n aure! ¡El día ha llegado! ¡Pueblo de los Eldar y Padres de los Hombres, el día ha llegado!.
Despues le responden algo que todabia ahora me hace estrugar el corazon "y la noche ah pasado".
que buen libro y que triste capitulo, todabia me da bronca y tristeza cuando me acuerdo de esa parte, sea en el silmarillion o en los Hijos de Hurin. buenas fotos
saludos
Maximiliano Bravo
Hola me llamo israel me gusta mucho el señor de los anillos desde ahce mucho tiempo y aun recuerdo la primera ves que lei el silmarilion y ahora los hijos de hurin no importa cuantas veces lea esa parte de la batalla aun siento ese sentimiento de las palabras, por cierto me encanta el idioma de los elfos cuidense
kingMelkor
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